domingo, 30 de noviembre de 2014

El patrón oro


El patrón oro, en inglés gold standard, fue un sistema de tipo de cambio sólido en el período de la revolución industrial. En ese sistema cada país establecía una relación de cambio entre la propia moneda y el oro y garantizaba la total convertibilidad de su moneda por oro. A través de la relación entre las monedas nacionales y el oro fue fijado el tipo de cambio entre las monedas. El patrón oro se discutió y propició, en la Conferencia de Ginebra celebrada en 1922 para resolver algunos problemas monetarios, que a la sazón podían desequilibrar las finanzas y trabar el comercio mundial. Al finalizar la segunda guerra mundial se puso el esfuerzo, con el Sistema de  Bretton Woods en la instauración de un régimen estable del tipo de cambio, con el dólar estadounidense como patrón.



Su origen se encuentra en el uso de las monedas de oro como dinero, aunque esto ya había sido utilizado en la antigüedad, se institucionalizó en 1819 en Gran Bretaña, y su periodo de mayor éxito fueron los años de 1870 a antes de la I Guerra Mundial. Su funcionamiento se basaba en que los países debían mantener el valor de su unidad monetaria igual a una cierta cantidad de oro, aceptar la conversión de las monedas por oro, permitir la libre exportación e importación de oro y constituir sus reservas centrales con oro.




Encontramos diversas formas del patrón oro:


- Clásico: El país se compromete a acuñar monedas y a cambiar billetes por oro y viceversa, siempre que los particulares lo exijan.

- Lingotes Oro: El país se compromete a cambiar oro en billetes y viceversa, pero sólo por encima de una cantidad mínima y en múltiplos de la misma.
- Cambios Oro: El país en cuestión mantiene su paridad comprando y vendiendo divisas de otros países que mantengan el patrón oro en una de sus dos formas anteriores.

Su funcionamiento se basaba en la fijación de los precios de las monedas en términos de oro, limitar el crecimiento monetario de la economía mundial y estabilizar los niveles de precios mundiales. Sin embargo, en el período de vigencia del sistema de patrón oro, los niveles de precios nacionales se movieron a corto plazo de modo impredecible, al sucederse períodos de inflación y de deflación. Además, el patrón oro no parece que consiguiera asegurar el pleno empleo. 

Muchos países violaron frecuentemente las reglas del sistema y esterilizaron los flujos de oro, esto es, vendían activos nacionales cuando las reservas extranjeras estaban creciendo y compraban activos nacionales cuando descendían. Esta intervención generalizada de los países en las exportaciones de oro privado socavó también el sistema. Y en definitiva lo que llevó a una gran inestabilidad.


Pero los tiempos han cambiado y son muchos los que piensan que quizás habría que volver al patrón oro, como por ejemplo Steve Forbes que insistió sobre la necesidad urgente de retornar al sistema (Véase)


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