El patrón oro, en inglés gold standard, fue un sistema de tipo de cambio sólido en el período de la revolución industrial. En ese sistema cada país establecía una relación de cambio entre la propia moneda y el oro y garantizaba la total convertibilidad de su moneda por oro. A través de la relación entre las monedas nacionales y el oro fue fijado el tipo de cambio entre las monedas. El patrón oro se discutió y propició, en la Conferencia de Ginebra celebrada en 1922 para resolver algunos problemas monetarios, que a la sazón podían desequilibrar las finanzas y trabar el comercio mundial. Al finalizar la segunda guerra mundial se puso el esfuerzo, con el Sistema de Bretton Woods en la instauración de un régimen estable del tipo de cambio, con el dólar estadounidense como patrón.
Su origen se encuentra en el uso de las monedas de oro como dinero, aunque esto ya había sido utilizado en la antigüedad, se institucionalizó en 1819 en Gran Bretaña, y su periodo de mayor éxito fueron los años de 1870 a antes de la I Guerra Mundial. Su funcionamiento se basaba en que los países debían mantener el valor de su unidad monetaria igual a una cierta cantidad de oro, aceptar la conversión de las monedas por oro, permitir la libre exportación e importación de oro y constituir sus reservas centrales con oro.